LA AMISTAD VERDADERA
María José tenía muchos amigos, pensó que siempre contaría con la gran fortuna de tener personas que la acompañaran y sobre todo un novio y amigos que le ofrecían momentos de adrenalina, emoción, placeres, obsequios y etiquetas. Cada fin de semana la llamaban para salir a pasear, ir a comer, ir a la discoteca o participar de la última película en cartelera.
El día de sus cumpleaños recibió un detalle que Maira una linda amiga del colegio, había hecho con sus manos, Maria José la olvidó en el momento que terminó la escuela y fue a la Universidad, jamás volvió a llamarla, el regalo era una bella tarjeta con lentejuelas con un toque de ternura y creatividad, lo mas preciado que decía en ella era: “Eres mi amiga, siempre estaré cerca de ti, te quiero mucho, no te dí un mejor presente debido a que me encuentro sin trabajo y no tuve para comprarte alguno de los objetos que te encantan, te lo quedo debiendo amiga mía”.
La joven tomó el sobre lo leyó y dijo: “Maira, sigues siendo la misma niña cursi que he conocido”. Tiró el regalo a la cama y salió corriendo a contestar el teléfono, era su novio muy preocupado y con la voz entre cortada pidiéndole que por favor se vieran cuanto antes, quedaron de encontrarse en el parque cercano a su casa.
Al llegar y mirar a la cara a Fabio vio como corrían lágrimas por la cara del hombre adinerado que ella amaba y que le brindaba todas las mejores extremas experiencias. Observó que se encontraba débil y muy deprimido, Fabio le confesó que tenía Sida y que por tanto ella también lo portaba y que lo más triste era que sus amigos ya lo sabían, que tomaron la de terminación de no permanecer cerca de ellos. La familia de Fabio lo llevaría a los Estados Unidos para iniciar un tratamiento que al menos le permitiera mantenerse con vida, el solo quería comunicárselo y despedirse de la que fue su novia por solo 4 meses.
Maria José lloró inconsolablemente esa tarde y decidió que se quitaría la vida, no tenía sentido seguir, se encontraba infectada de Sida, su gran amor la dejaba sola y sus dichosos amigos decidieron alejarse.
Al día siguiente Maria José se encerró en su cuarto con grandes cantidades de medicamentos para consumirlos y terminar con el infierno que se encontraba viviendo. En el momento de tomar las pastillas sonó el teléfono y la voz de su Madre se escuchó fuertemente pidiéndole que tomara la auricular que era Maira y deseaba saludarla. Maria José lloró el doble de lo que lo había hecho y al contestar gritó con mucho dolor: “te necesito amiga mía, “. Pasó media hora para que Maira llegara del otro extremo de la ciudad en su auxilio.
Ese día su verdadera amiga se quedó durmiendo en su cuarto escuchando la historia de la niña que se dedicó a divertirse con unos compañeros dejando a un lado el verdadero significado de la amistad, recordaron sus días de colegialas y todas sus travesuras. Maria José sacó aflote su pena y creyó que la niña”cursi” haría lo mismo que hicieron los demás, no fue así.
Maira se dedicó a cuidar a la joven enferma brindándole fortaleza, cariño y lo más lindo, su sincera amistad.
La amistad no se mide en los caminos amplios y agradables sino en las penas y caminos estrechos.

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